Dichosos los que oísteis la llamada
al pleno seguimiento del Maestro.
Dichosos cuando puso su mirada
y os quiso para amigo y compañero.
Dichosos, si abrazasteis la pobreza
para llenar de Dios vuestras alforjas,
para servirle a él con fortaleza,
con gozo y con amor a todas horas.
Dichosos mensajeros de verdades
marchando por caminos de la tierra,
predicando bondad contra maldades,
pregonando la paz contra las guerras.
Dichosos, del amor dispensadores.
Dichosos, de los tristes el consuelo.
Dichosos, de los hombres servidores.
Dichosos, herederos de los cielos.
Con este himno de alabanza comenzó hoy esta comunidad de Dueñas la fiesta de mañana: san Arnoldo.
Desde el año 2003, que fue canonizado por Juan Pablo II, le damos gracias a Dios con esta oración:
Gracias, Señor,
por el profetismo misionero
que nos regalas hoy por medio de
san Arnoldo.
Gracias por el amor a la Iglesia universal.
Gracias por la vida entregada a los otros,
por encima de color, religión,
posición social y cultura.
Gracias porque sus palabras difundieron tu Palabra, tu Verbo.