Tahanan/Capellanía Filipina celebra su 30º aniversario en Madrid con el lema Mirando Atrás. Caminando Hacia Adelante con una serie de actos que dieron comienzo con la celebración del Día de la Familia el pasado septiembre. Este año, las actividades comenzaron con una Mesa Redonda que se ha celebrado el 23 de abril en el Colegio de Nuestra Señora del Pilar de las Salesianas en Madrid.
En la Mesa Redonda, cinco ponentes compartieron con el público asistente su propia experiencia en Tahanan/Capellanía, en sus comienzos, a lo largo de su trayectoria hasta su realidad actual, y su proyecto de futuro. Junto a los ponentes, miembros de la comunidad filipina hablaron también de su experiencia en la capellanía y de su visión conjunta de futuro. El acto comenzó con una invocación por el coro de jóvenes y una breve presentación por parte de Menci Molina.
La primera ponente, Pilar Ferrer, miembro de la Institución Teresiana, compartió su vivencia en una etapa en la cual aún no estaba formalmente establecida la capellanía. En esos años entre 1982 y 1985, distintos grupos de inmigrantes filipinos, principalmente mujeres, se venía reuniendo los domingos en distintos lugares. Su principal deseo era compartir juntas su día libre y celebrar la Misa en inglés. Pilar destacó la insistencia de personas como Teresa Pou de Cáritas para dar respuesta a las necesidades de las migrantes filipinas y de la labor que compartió con Clarita Cortes y Menci Molina para formar un grupo y buscar un sacerdote que hablara inglés ya que esta era la principal necesidad que compartían los distintos grupos. En esta búsqueda entraron en contacto con dos misioneros claretianos, Alfonso Mateo y Pedro Sarmiento, que se ofrecieron a celebrar la Misa y acompañar espiritualmente a la comunidad filipina. También mencionó la labor de algunas religiosas que colaboraron en esa primera etapa con su presencia, como la Hna. Jacinta de las Siervas de San José, y las hermanas Benedictinas.
El segundo ponente, Pedro Sarmiento, misionero claretiano, compartió sus vivencias en esa primera etapa. Destacó la experiencia tan positiva de compartir con los filipinos su alegría que se hacía presente en la Eucaristía dominical. También comento cómo en esos años empezó a surgir en la diócesis de Madrid la preocupación por los inmigrantes que llegaban entonces. El nombramiento de Antonio Martínez como delegado diocesano para migraciones y la elaboración de un plan pastoral fue importante para brindar a todos estos grupos la oportunidad de unirse y hacerse así presentes de forma visual en la Iglesia de Madrid. También destacó Pedro la importante labor conjunta de los primeros voluntarios filipinos y españoles, de personas como Pepe Valero que desinteresadamente compartió su tiempo, su amistad, y sus conocimientos legales con los filipinos, y de Carmencita Del Rosario, que colaboró con sus compatriotas en las actividades de Tahanan, y cómo pudieron ir creando el sentirse una familia; de ahí el nombre de Tahanan (hogar en filipino).
El tercer ponente, Antonio Martínez, anterior delegado diocesano de migración – ahora jubilado – explicó el porqué de las capellanías que intentaban ayudar a los inmigrantes en su incorporación a su nuevo lugar de residencia, la importancia de enfocar actividades y atención en torno a la persona. Comentó Antonio Martínez de que las capellanías se formaron para dar respuesta a los grupos inmigrantes que por diferencia de idioma y/o rito no podían integrarse desde el principio. La diócesis pidió la colaboración de las parroquias y órdenes religiosas en esa tarea y los misioneros del Verbo Divino se comprometieron a poner a disposición de la diócesis uno o dos misioneros filipinos.
El cuarto ponente, el padre María Jeevaraj Arulandu, misionero del Verbo Divino, habló del acuerdo firmado en 1986 entre la congregación del Verbo Divino y la diócesis de Madrid, que ha supuesto más de treinta años de un caminar conjunto entre los misioneros del Verbo Divino y la comunidad Filipina. El padre Jeevah habló de su experiencia tan positiva y destacó el papel de la comunidad, principalmente de las mujeres, que con su generosidad, dedicación y devoción habían logrado que Tahanan/Capellanía Filipina hiciera su trayectoria hasta la fecha.
El quinto ponente, José (Pepe) Serrano, director de los servicios jurídicos de ASTI (Asociación de Solidaridad con los Trabajadores Inmigrantes) habló de la integración, en qué consiste, cómo se logra y, especialmente, por qué es necesario integrarse. Habló de la necesidad de que la integración fuera a nivel individual y comunitario y, en este segundo aspecto, destacó el reto que suponía para Tahanan/Capellanía Filipina ser acompañamiento y guía hacia una integración. También instó a todos los inmigrantes a hacer un esfuerzo por conocer su nuevo país de residencia, por aprender su idioma y sus costumbres al mismo tiempo que compartían su cultura y tradiciones.
En nombre de la comunidad filipina, Beth Gadiano, Clemens Audal Arines, Norma Bayudan, Joji Somoza, Maura Selda y Chris Urro recordaron a algunos colaboradores ya ausentes como tita Mela, Exequiel y Nic y pusieron voz a los que han formado y forman parte de la capellanía, los verdaderos protagonistas: los que iniciaron y aceptaron crear la comunidad en torno a la Misa dominical, los que con su presencia apoyaron actividades de formación y desarrollo personal, los que animaron a otros filipinos a acercarse a ASTI para obtener sus papeles, los que llevan las riendas de los distintos ministerios en la Capellanía hoy.
La Mesa Redonda también contó con dos intervenciones musicales: el Coro de Tahanan interpretó una canción filipina que hablaba de unidad y el grupo de jóvenes presentó una danza que hablaba de que todo está unido y todo tiene sentido.
A continuación, el padre Remigio recordó el lema del aniversario en su doble faceta: mirando atrás, para destacar la labor realizada y la semilla plantada, y caminando hacia delante para invitar a todos a dejarse contagiar por el entusiasmo de la juventud y seguir haciendo frente a los retos y necesidades actuales de la comunidad.
Finalizó invitando a todos a seguir sintiéndose familia y nada mejor que sabiendo decir que “si” como lo hizo María. Así terminó el acto, todos unidos al coro cantando a la Virgen “quiero decir que sí, como tú María.”
por: Menci Molina