Cuba, un compromiso misionero

Hace poco más de siete años que visité por primera vez la isla de Cuba; muchas cosas me llamaron la atención; una de ellas fue el “hambre” por conseguir libros y la ilusión con que las comunidades acogían los pequeños evangelios de bolsillo o la Buena Noticia con el evangelio diario; en aquel entonces, la sociedad cubana parecía seguir adelante haciendo malabarismos en una debilitada economía, escasez de medios de transporte, falta de conexión a internet y otras dificultades, pero era fácil encontrar arroz y carne de cerdo para el sustento diario.

Dueñas 2022

Hace poco más de tres meses que he vuelto a pasar por allá y me he topado con una situación de desesperanza. Se apreciaba fácilmente que todo ha ido a peor; son muchos los que están intentando dejar la isla y abrirse futuro en otro lado; en las calles de La Habana llaman la atención las colas de gente intentando conseguir comida, que, como suele acabarse pronto, ha de intentar conseguir algo en otra cola. Echemos la culpa a la pandemia que así va a ser más fácil entender las razones de esta situación, o si se prefiere también al bloqueo de los americanos (supongo que se habrá notado mi ironía). Lo cierto es que después de conocer la realidad de Cuba vienes con un subidón de solidaridad y de que hay que apoyar a Cuba ante una situación extrema.

Me viene a la memoria esa máxima de que en lugar de dar el pez es mejor dar la caña para que pesquen, pero ahora es obligado paliar el dolor del hambre físico. Un grupo de pamplonicas funciona de manera organizada y están enviando ayuda, principalmente comida, para sacar adelante situaciones extremas; hay que agradecer tanto la generosidad de particulares y empresas de alimentación que colaboran para el envío de contenedores con comida, medicinas, etc.

P. Francisco Ylagan, svd, agradece la ayuda

Dueñas 2022

Los misioneros de Verbo Divino desde la Parroquia de Sta. Lucía y la capilla de Ntra. Sra. del Sagrado Corazón de Jesús en La Habana han organizado un comedor para las personas mayores apoyados por voluntarios de ambas comunidades; algunas de ellas al estar impedidos o por problemas de movilidad reciben la comida en casa.

Hemos recibido un email del padre Paco Ylagán, svd, en el que agradece a todos los bienhechores por un lote de alimentos que ha recibido desde una organización pamplonica que coordina continuos envíos a Cuba de alimentos y otros recursos para poder salir delante en medio de esta escasez.

Presentamos unas pinceladas de la nota que hemos recibido:

  • La realidad que estamos viviendo en estos tiempos es cada vez más compleja y difícil. En Cuba, la escasez se siente en todo el pueblo creando un escenario de colas largas en las tiendas y mercados.
  • En medio de esta realidad, el proyecto de Comedor de Ancianos de la Parroquia Santa Lucía de La Habana trata de seguir prestando servicios para personas de bajo recursos. Estos reciben almuerzo dos veces a la semana, así también un kit de aseo por lo menos cada dos meses.
  • Muchos de ellos viven solos; algunos con dificultades de movilidad; otros andan deambulando por las calles.
  • Cada vez se acercan más personas pidiendo ayuda de comida y nos hemos visto obligados a limitar a 80 personas los beneficiarios de este proyecto por el corto presupuesto que tenemos y los precios tan elevados de los alimentos.
  • La escasez de productos en los mercados y las largas colas en las tiendas suman en las dificultades que estamos enfrentando en conseguir los alimentos. Gracias a la divina providencia y el apoyo de nuestra comunidad parroquial y de las personas generosas, hemos podido continuar este servicio.
  • Un grupo de laicos voluntarios de ambas comunidades, Misioneros del Verbo Divino (SVD) y las Siervas del Espíritu Santo (SSpS), llevan adelante este proyecto y tratan de buscar la manera como poder seguir prestándolo.
  • La tarea no es fácil, pero vale la pena el cansancio cuando uno ve la sonrisa en la cara de estas personas mayores al recibir su comida caliente. A través de este proyecto, ellos se sienten valorados, acogidos y acompañados. La palabra “gracias” acompañada con una “sonrisa” son para ellos la manera de expresar su gratitud y para nosotros la inspiración de seguir sirviendo el Reino de Dios a través de estos hermanos más necesitados.

Elías Pérez Esteban

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