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«La muerte no es el final» es una canción cristiana compuesta por el sacerdote español Cesáreo Gabaráin Azurmendi (1936-1991). Su pasaje central fue elegido en 1981 como himno para honrar a los caídos de las Fuerzas Armadas Españolas y se canta ante la llama eterna del Monumento a los Caídos por España.
Gabaráin compuso la canción tras haber perdido a Juan Pedro, un joven de 17 años que era organista en su parroquia. Dicho sacerdote compuso centenares de canciones, algunas mundialmente conocidas como «Pescador de hombres» («Tú has venido a la orilla…»).