Conversaciones durante el almuerzo, agasajado especialmente Antonio Martínez, 40 años en Paraguay pasando 4 días en Madrid, no queriéndose privar de ningún museo, de ninguna calle con anécdota (calle Codo con nuestro Quevedo ingenioso). También en torno a la mesa alargada: Modesto, Andrés llegado de Bolivia, Cornelio, Hipólito, Pablo, Mariano, César, Macario, (China, Venezuela, Indonesia, Congo, Polonia, por supuesto España)… Casi lo normal un jueves de cada semana. Para envidiar.
Comenta Modesto: Vengo de y han dicho que nuestro distrito de Usera (Madrid) concentra el mayor número de chinos de cualquier otro punto geográfico de Europa. Ahí es nada. Y ahí tenemos a nuestro Pablo, chino, svd, capellán bien identificado como sacerdote parroquial, querido por la colonia china. Y esta Redacción de la WEB que se desplaza tras el café de finiquito de la comida hasta Usera, cámara en mano para hacer la comprobación sobre el terreno. No entramos en templos, no es la hora, pero las calles hablan más que de frío, también el Metro de Madrid habla en sus corredores, y de qué manera tan eficaz… Vean:
Así Madrid, sus calles, sus casas, también tal cual, no virtual, en Usera… ¿La población? insinuada, huidiza del frío procedente del Norte… más jóvenes que adultos en esa hora, con mucho abrigo, y bufandas, pero sin miedos, aunque sin levantar la voz… Los chinos más callados, las ecuatorianas y bolivianas más con ellos en pequeños grupos andantes más movidos.
Ha merecido la pena la tarde, que sí. Y no solo por poder contarlo. Si nos vemos, es más fácil avanzar socialmente a poco que demos autonomía a nuestros afectos naturales.