A las 11 de la mañana de este sábado 2 de diciembre, ¿quién puede estar sentado para ‘recibir’ un retiro, y además, de Adviento? ¿Qué es Adviento? A las 11 de la mañana el retiro ha comenzado con puntualidad germánica. ¿Tiempo de reloj fijado? Hora y media. Y la cosa comienza en un blanco de la pared lateral donde se proyecta, vía internet, el vídeo ‘Quiero ver’ de esta semana: una chica que parece habla por videoconferencia pero no, le habla a su ¿novio? en directo, junto a él. «Hoy es mi cumpleaños»; y sigue… me «estoy cansando porque no sé si me escuchas»… En la pantalla sale un trocito del perfil de un joven es situación vegetativa, en un hospital. En menos de tres minutos el vídeo termina diciéndole la chica al chico: «Me voy pero vuelto. No pierdo la esperanza». Y ella sale. Y la cámara busca la mano del chico que, levemente, levanta sobre la sábana un milímetro la mano y recoge sus cuatro dedos, el pulgar queda rígido, como diciéndole: «te he oído, gracias, vuelve, te quiero».

(Silencio. Entre los bancos del templo, ellos, también hay hombres, ojos brillantes. emociones).

El ‘predicador, de pie, pegado al banco más próximo, va desgranando contenidos: Jesús, su rostro de resucitado, el deseo del Resucitado: que vivamos despiertos. Y se refiere ahora a una mujer, de otro barrio de Madrid que, a las 5:30, llama a gente amiga para decirles que ha muerto su hermano allá en Paraguay, necesitando compartir sus sentimientos, su emoción. No atienden su llamada, vaya hora. A las 6:30 pasa ella a la casa de una vecina que no tiene otro remedio que abrirle la puerta: «No me cogen la llamada y quizá el fallo es de mi móvil. Déjame llamar desde tu teléfono. Y esta vez sí: «Diga». Y comparte la noticia, con toda su alma.

El predicador insiste en despertar, en ser tenaces, en compartir vida, en dejar que el amor se expanda. Insiste en que ese es el deseo de Jesús; y en que su rostro se actualiza en Felisa, también en Miguel misionero que ya tiene su rostro pegado en el cielo al de Dios, el Padre de todos.

El predicar lee de la biblia el Evangelio de Mac, en el capítulo 13, los versículos 33-37. Y da la palabra. Y a modo de ‘ecos’, comienza una mujer:

«Hace dos días recibí por internet, estoy suscrita, un boletín del periódico LA OPINIÓN, de Zamora, que daba la noticia del misionero fallecido por cáncer allá en Paraguay, con 72 años, toda su vida de sacerdote allí, natural aquí de Arcenillas». La mujer lo cuenta como quien reza, y cree, y admira al misionero premiado ya en el cielo. Buen eco.

Y se animan los ecos. Y se habla más de Jesús, de la fe; y otra mujer cuenta que en la tele ha visto lo del mendigo que con sus limosnas recogidas hasta esa hora, ayuda a una joven inmovilizada en la calle, buscando él  en una gasolinera  y llevándole, un pequeño bidón «para salir del paso». Y otra destaca que en la parroquia hay una señora que, disimuladamente siempre, riega las plantas dispersas dentro y fuera del templo, según siente en ellas su sed. Y un hombre habla de su experiencia en el asunto ese de ‘la acogida’, considerado por el predicador, cuando llegó con su esposa a España a trabajar. Este eco ha movido las ganas de contar nada menos que a otros dos curas presentes, uno de México y otro de India, y a un diácono natural de Togo (África).

Como para perderse retiros así… Y termina el tiempo, y se continúa con la celebración de la Reconciliación donde, a una motivación en pantalla luminosa, siguen confesiones personalizadas hasta el momento que el templo queda vacío, en silencio y…

Con una temperatura tan cálida, que hay que creer incluso en el valor energético de los cuerpos con alma humanos.

Llega la tarde. Los parroquianos tienen desde las 5 un mercadillo solidario…

Madrid da para todo. Hasta disfrutar, inclusive, con la victoria heroica del Atlético.

En este momento, en la redacción son las 19:41. Y al lado hay este ambiente de visita:

 

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