http://www.elmundo.es/sociedad/2017/02/13/58937a7046163f896a8b45f6.html
Del texto en el enlace: «Cuando mi hijo comenzó la escuela en el bus se montaban tres: un niño que estaba para terminar, otro en el medio y él». Con todo, no se detengan aquí, lean el artículo completo porque se van a quedar gratamente admirados. Digo yo.
Con todo dejo constancia aquí, por mi cuenta y riesgo, de un percance a partir del cual jamás he vuelto a utilizar la palabra montar: «Se monta a caballo, se sube al autobús», me enseñaron cuando llegué a Chile aquel 1971. Y lo que se rieron a mi costa estas chiquillas: