El Padre Carlos del Valle SVD ha dirigido unos ejercicios espirituales a la Comunidad de los Misioneros del Verbo Divino en Estella (Navarra) y, via ZOOM, a los que quisiéramos participar.
Estos ejercicios están basados en el libro, escrito por el mismo, titulado: “Paladar de bienaventuranzas (Itinerario de vida consagrada)”. En este libro, Carlos, habla de la vida consagrada como protagonista, basándose en un montón de experiencias.
Me encantó la definición que dió de los ejercicios comparándolos con los ejercicios de un deportista. Un deportista se ejercirta para perfeccionar lo que es. Los religiosos hacen ejercicios para perfeccionar lo que son, consagrados. Para el autor, consagrado es quien está en el corazón de Dios, no solo ocupado en cosas de Dios; con el pobre al lado y Dios dentro; quien hace de su vida un comentario al Evangelio. Quien no se dedica a vender pan, sino a ser levadura.
En otro apartado nos pide que no quedemos, recordando al profeta Jonás, bajo el arbusto de la mediocridad, recitando el libro de las lamentaciones, sino, que bajemos del clericalismo, del poder, de los honores para ser fraternos, hermanos. Que pasemos de ser maestros a ser discípulos.
Termino con un deseo, expresado por Carlos: ¡Que ojalá seamos como la ostra, que busquemos a Dios hasta que lleguemos a ser una perla preciosa.
Carlos, oramos contigo para que se cumplan tus deseos: “Que el Evangelio y la vida consagrada lleguen a ser sinónimos en espíritu, en doctrina y en práctica”.
Que Dios te bendiga y te de la oportunidad de seguir sembrando siendo levadura.
Gervasio Ruiz