A esta hora madrugadora del 16 de junio me aventuro a pronosticar la buena recuperación de Hermenegildo Diez, tras ser intervenido ayer con urgencia en el hospital de Valladolid. Nuestro Herme es fuerte y guerrero, se preparó con tiempo para este y cualquier otro percance.
Herme con Lorenzo estaban esperando la llegada de Ange en Cabezón de Pisuerga para enfrentar conjuntamente otra difícil batalla, la de tender puentes desde nuestro compromiso misionero con los jóvenes que buscan más, dados los tiempos que corren. Pues bien, esto viene a cuento porque hace unos días Ange se vino desde Leganés a Niebla y con Varghese y Marcelino hablaron hasta por los codos. Y despertaron ilusión y proyectos. Y ayer 15, Varghese pasó la mañana con los jóvenes de un instituto próximo a Niebla. Y el diálogo se dio resultón; no era la primera vez.
¿Quién dice que todos los días son iguales?