Juanjo Ortigosa a esta hora temprana del 10 ya está en Barajas, con su hermano Pablo y Rosa. Vuelta a Colombia. Ha aprovechado a tope cada día en Navarra y Logroño, en Estella y Dueñas, en… y en Madrid. Aquí lo acompañamos en una de sus gestiones encargadas por los que le quieren tanto en Colombia: estuvimos en la calle Barquillo, en Manos Unidas. ¿Sería Posible? Qué corazón, qué mirar por los que necesitan cercanías eficaces, ellos que ponen su vida en humanidades frágiles pero que un pellizquín económico… Así Juanjo, como siempre; por él no pasan los años.
Andrés Lorenzo, el Hermano. Como transcribíamos anoche, temen los bolivianos de El Alto que no regrese con ellos, que el cúmulo de años, que los achaques; temen ellos pero aquí ya tenemos la constancia de que las distancias no cuentan. Anoche Andrés, Corazón de María 19, cenó un poquito y pronto a la cama, menudas amontonadas horas llevaba encima horas de Santa Cruz, de El Alto, con su gente menuda y adulta… Mientras cenaba anoche waseaba con ellos, y cuchara de caldito de pescado, y móvil con todas las apps, y así… A esta hora supongo que duerme entre ángeles que no duermen por él. «El lunes pronto a los médicos, después a hacerles caso, después»… Bolivia lo invade. Eso en vida.
Félix vino desde El Alba de Alcorcón para recibir a Andrés, para despedir a Juanjo, para entregar a Juanjo unos libros que le vendrán muy bien a ese amigo común de ahí, Colombia. Félix hoy, a partir de las 17 horas, tiene su templo parroquial a tope de niños inmigrantes de la zona, en una gran fiesta en que los adultos de cien orígenes vamos a coincidir por querer experimentan el apetecible calor de la Navidad. Producido por todos, y el Niño sonriendo con unos ojazos abiertos sin límites. El mundo es un pañuelo, la Vida nuestra y de Dios es mucho más que todo lo creado. Todos Uno.
