Hacía doce años que no ocurría en la Provincia Verbo Divino de Portugal. Por fin, llegó el día en que el joven verbita, César Francisco Alves da Silva, se ordenaba como sacerdote en el antiguo seminario que el Verbo Divino tiene en Fátima.
El joven César, nacido en Goaes hace veintiséis años, entró en el 2005 en el Seminario del Verbo Divino en Lisboa para cuatro años después realizar en Chicago sus primeros votos. El pasado año emitió los votos perpetuos en Fátima, en el mismo lugar donde ahora se ha ordenado como sacerdote.
Un día importante en la vida religiosa de este joven portugués que recibió el Orden Sacerdotal por imposición del obispo de Leiría, D. Antonio Marto, en una ceremonia concelebrada por los Superiores Provinciales de Portugal, Antonio Leite y Adolfo del Valle, de España. Una veintena de sacerdotes, la mayoría Misioneros del Verbo Divino de Portugal y España, acompañaron al nuevo sacerdote.
La ceremonia de ordenación estuvo repleta de imágenes para el recuerdo. Las breves, pero agradecidas palabras de César a todos los allí presentes, el abrazo caluroso de sus familiares y el acogimiento de sus cohermanos de Portugal y España fueron puntos emocionantes que destacar en este histórico día para Cesar y para la Provincia del Verbo Divino en Portugal, que tras una década veía como uno de sus más jóvenes miembros de la Congregación era ordenado sacerdote.
Una jornada merecedora de todos los honores durante y después de la celebración eucarística, pues tras el acto, tuvo lugar el gran ágape desplegado para la ocasión, con discurso y tarta incluida.
Así versaba la frase elegida para su ordenación: “Senhor, dá-me dessa agua, para eu não ter sed”, (Señor, dame de esta agua para que no tenga sed). De acuerdo con ella, todos quedamos saciados de la alegría y satisfacción de esta agua que César compartió con todos nosotros.
No ha de pasar otra década para ver actos de entrega y compromiso como éste. Que sirva de ejemplo para las vocaciones presentes y futuras.
Alba Montalvo Iniesta