¿Cuál ha sido el camino de la iglesia en Cuba?
En mi entrega anterior afirmaba que hoy se aprecian algunos cambios positivos en la relación del Estado con la Iglesia. Mucho ha tenido que ver la actitud dialogante, coherente, cercana al pueblo del episcopado cubano. A la vez, la Iglesia no ha sido ni es amenaza al sistema.
Hagamos memoria. Con el triunfo de la Revolución en 1959, para sorpresa de muchos, fueron expulsados muchos sacerdotes y religiosas. Confiscados sus bienes. Con beligerancia y hostilidad manifiesta hasta los años 80. Presencia casi nula en medios de comunicación, sanidad, enseñanza, cultura y sociedad. Hasta hoy persisten. Curioso, que como en Telesur, televisión venezolana, aparece Nicolás Maduro invocando a Dios, he escuchado que es muy católico.
Hay que esperar al ENEC (Encuentro Nacional Eclesial Cubano) de 1989. Por ese tiempo publican “Fidel Castro y la religión”, libro entrevista del brasileño Fray Betto. Poco después, la valiente carta pastoral de los obispos “El amor todo lo espera” causa un cierto impacto social.
La visita de los tres últimos Papas ha sido importante para un mejor entendimiento y respeto entre la Iglesia y el Estado. Se repite la frase de Juan Pablo II: “Que el mundo se abra a Cuba y Cuba al mundo”. Benedicto XVI elevó su voz por la libertad, religiosa incluida, y por la dignidad de las personas. De Francisco quedó: “Quien no vive para servir, no sirve para vivir”. Así recogía lo que dicen los obispos: “La Iglesia no quiere poder, solo quiere poder servir”.
Pero quizás que lo que más ha influido en la situación actual, ya más distendida, ha sido la peregrinación de la Virgen de la Caridad por ciudades y pueblos. La ocasión fue el hallazgo y presencia de la Virgen de la Caridad del Cobre, en la celebración de sus 400 años. En 1612 una imagen aparece flotando en la Bahía de Nipe (Holguín). La encuentran los 3 Juanes: un negro, un mestizo y un blanco.
La Virgen de la Caridad es determinante en la historia, sociedad y en la vida familiar y personal de todo cubano. La gesta patria de la independencia se firma en su santuario del Cobre. Su estandarte hondeaba con las tropas mambises. Hay un gran parecido con lo que significa la Virgen de Guadalupe para los mexicanos.
Postdata: De regreso a La Habana un chofer, afecto al régimen, me dice que no es católico. Pero de su cartera me saca la estampa de la Virgen de la Caridad. No puede salir sin ella. Ella le protege.
Joaquín Azcona, svd