El mundo cambia a una velocidad increíble. Cambian las personas, los hábitos, las relaciones, en fin, la manera de ser y estar en el mundo. Tantos cambios traen más exigencias a la formación de las personas que se dedican a ofrecer servicios de atención a la gente. Es el caso de los agentes voluntarios en los comedores sociales, más necesarios cada vez en estos tiempos de crisis.
En el último martes fue realizado un curso de formación en higiene alimentaria para manipuladores de alimentos, en el Comedor Social en el que colaboran algunos miembros de la Comunidad de Formación.
El comedor forma parte de una institución caritativa llamada Fundación Luz Casa Nova que ofrece alternativas de ayuda a las personas que viven situaciones de exclusión, pobreza y marginación. Se fundó hace más de 100 años por la Congregación de las Apostólicas del Corazón de Jesús como una plataforma de promoción de la dignidad de la persona.
En el curso participaron voluntarios que contribuyen diariamente en el comedor, ofreciendo su tiempo y su fuerza de trabajo para servir a las 100 o 120 personas que comen allí diariamente.
La temática principal era la administración del trabajo y la observación de las normas de higienización propuestas por la Comunidad Autónoma de Madrid. Todo el material y los profesionales responsables del curso pertenecen a la Expensa Seguridad Alimentaria, una empresa especializada en esta área y homologada por las comunidades autónomas.
El título de manipulador de alimentos es una exigencia para todos los trabajadores que participan directamente de la preparación, envase, transporte y distribución de los alimentos. Para servir a lo gente que necesita no basta tener buen corazón y disponibilidad, hay que prepararse siempre más.