Tan fresco siempre
Eugenio García a 50 días-vista del dorado acontecimiento
Como yo no sabía nada de lo poco que os quería contar sobre las bodas de oro que queremos celebrar los que fuimos ordenados sacerdotes hace 50 años, acudí al bufete del señor Google, que lo sabe todo, y le pregunté: ¿De dónde proviene la fiesta de las bodas de oro?
No me respondió, sino que me llevó directamente a la secretaria de “comercialización”. La señorita de ese departamento me preguntó a boca-jarro: -¿es Ud. de Deutschland? – Nein, nein, le dije. – Es que, por ese país comenzaron estas celebraciones de bodas de plata, bodas de oro, bodas de diamante, según el material del regalo que se hace a los homenajeados. Y me encaminó al fichero de “memoria histórica”. De ahí, al de “regalos de boda”. De ese al de “bodas de oro famosas”… Pregunté a ver si había algún secretario clérigo en ese bufete; pero como los clérigos no nos casamos, no existe ahí un departamento específico para informar sobre nuestras celebraciones.
Al salir, ese señor Google, que se las huele de lejos, vio mi rostro compungido. Con una risita irónica y sagaz me hizo sonreír también a mí. Excusó las deficiencias de su empresa, y poniéndose la mano delante de los labios, como suelen hacer algunos políticos en el hemiciclo, me consoló con un chiste: “dicen, que los curas, los frailes y las monjas se casan sólo con Dios porque no hay dios que se case con ellos”; por eso en mi empresa escasea la información divina sobre vuestras bodas de oro.
Chocamos las manos con simpatía, y vine sonriente a contároslo.
Así que a esta fiesta la llamaremos sencillamente:
“50 ANIVERSARIO DE LA ORDENACIÓN SACERDOTAL”.