Participaron veintidós ex–alumnos con sus respectivas esposas y ocho misioneros del Verbo Divino, el 17 de noviembre de 2012, en Estella.
El día amaneció nublado, pero a pesar de la amenaza de lluvia anunciada por los metereólogos, permaneció seco hasta las últimas horas de la tarde, en que apareció una leve llovizna. Esta bondad del tiempo nos permitió cumplir con el principal objetivo del encuentro: la visita a la dehesa del rejoneador Pablo Hermoso de Estella. Acompañados e instruidos por Fely, la hermana de Pablo, y por su tío Félix Alfaro, recorrimos las caballerizas de los famosos caballos “toreros”: Gallo, Cagancho, Chenel, y otros, que ayudan a la procreación. Al lado estaban los caballos que Pablo monta en las corridas. Junto a todos ellos los jóvenes corceles que los caballerizos expertos los preparan para las corridas.
Continuamos la visita por los establos donde habían pasado la noche las vacas bravas con sus pequeños novillos. Presenciamos la estampida de todos ellos cuando se abrió el portón y corrieron hacia los campos de pasto de los alrededores. A cierta distancia de donde estábamos, se podían ver también los toros y novillos que pastaban en otro lugar de la finca. En los diferentes establos había caballos, vacas y toros, que esperaban salir a pastar en campos de hierba separados, o bien se encontraban encerrados para aplicarles algún tratamiento médico del veterinario, o para alguna otra acción por parte de los cuidadores y pastores.
Desde la finca ganadera el grupo de antiguos alumnos y esposas, junto a algunos misioneros de la comunidad de Estella, nos trasladamos hasta la bodega “Cuaderna Via”, al lado de la autovía del camino, para visitarla y luego disfrutar de una sabrosa comida preparada y servida por el amigo Carmelo de Munián de la Solana. En la sobremesa cada uno de los presentes – entre ellos Fructuoso Ochoa, José del Bosque, Rivanildo Pedroso, Jesús Andueza, Carlos Istúriz, Benito Munárriz, Jesús Soto, Nicanor Ursúa y muchos otros – se iba presentando y contando sus recuerdos y vínculos con el Verbo Divino. ¡Con qué cariño y agradecimiento hablaban del colegio, de los educadores, y de los profesores! El recuerdo emocionado de unos y el aplauso de los demás reflejaban la alegría del encuentro y de lo bien que lo estábamos pasando en esos momentos. Ciertamente que tales encuentros de antiguos alumnos y de misioneros SVD refuerzan los lazos de amistad y dan sentido misionero a la vida y al trabajo de cada uno.
Terminamos el día con la visita guiada a la iglesia románica de San Pedro de la Rúa, joya artístico-religiosa de Estella del siglo XIII, ubicada al lado del Camino de Santiago. Durante cuatro años ha permanecido cerrada para su restauración y en el mes de mayo ha sido abierta de nuevo al culto y a las visitas turísticas.
