Históricamente la población del Sector Comuna 13, en Medellín, ha padecido la violencia de bandas asociadas al tráfico de drogas, guerrillas y paramilitares. El sector ha estado asociado a la pobreza y desempleo. La situación ha empeorado con la presencia del COVID-19. Los padres y madres de estos niños, con empleos informales, actualmente carecen de recursos para cubrir las necesidades básicas de sus familias.

El gobierno, por la emergencia sanitaria, ha decretado el “estudio en casa” con medios para la educación que muchas de estas familias no tienen.

En el contexto de la realidad actual, la nutrición básica y los medios tecnológicos para la educación son necesarios para garantizar el adecuado aprendizaje de los niños más pobres invisibilizados por gobernantes y directivas educativas institucionales que parecen ignorar la real situación de las familias de estos barrios.