Es costumbre en la congregación ofrecer espacios de retiro espiritual, sobre todo en los tiempos fuertes del Año Litúrgico. Con motivo del tiempo de adviento, tuvimos ayer, en la casa del Espinar, una jornada de oración y de meditación.
Comenzamos a las 11hoo con una reflexión guiada por Jeeva bajo el tema: «El consumo responsable». ¿Tiene algo que ver con el adviento? Aparentemente no, pero en realidad, si. En su reflexión, el ponente nos hizo comprender que la actitud de vigilancia a que nos lleva el adviento es estar alerta a descubrir el “Cristo que viene” en los acontecimientos de la vida diaria y las situaciones que nos preocupan hoy en día: las desigualdades en el mundo, la pobreza, el cambio climático, la explotación de los más pobres, etc. Esperar a Cristo es tener los pies en la tierra, es decir tomar conciencia de todas esas situaciones que nos rodean y actuar.
Como misioneros del Verbo Divino, estamos llamados a apoyar los esfuerzos de tantas personas y asociaciones que luchan hoy por un “comercio justo”, “un consumo responsable”; por la protección de la ecología, etc. Además es una de las prioridades de nuestra congregación en nuestro dialogo profético con el mundo, promoviendo la justicia y la paz. Eso si, es dar sentido a la esperanza y a la alegría que nos trae Jesús en Navidad, dijo Jeeva.
A continuación, se dejó un tiempo de reflexión en grupos guiada por una serie de preguntas. Después de la puesta en común, aprovechamos de la ocasión para proponer los temas del próximo capitulo general, a petición del generalato.
Una oración bien preparada por Cristóbal nos ayudó interiorizar el “si” de la Virgen María que hizo de ella cooperadora a la obra de la salvación de su hijo, con motivo de la solemnidad de la Inmaculada Concepción. Y por fin, terminamos la jornada con el asado comunitario puesto al fuego por el de siempre, o sea el servidor del distrito, Juanjo.
